Cataratas de Iguazú (lado argentino)





Eran las 10am en Foz do Iguaçu (Brasil)1 hora menos en Argentina, y desde el hotel nos dirigimos hacia el Parque Nacional Iguazú del lado gaucho.

La primera parada fue en las tres fronteras: Argentina, Brasil y Paraguay. Nosotros visitamos el hito argentino, desde allí vimos la confluencia entre los ríos Paraná e Iguazú (éste último es transparente, pero ese día estaba rojizo por la crecida en el nivel de agua)

Subidos en el tren ecológico partimos hacia las cataratas. Al llegar a la pasarela estuvimos listos para el trayecto que comprendió dos tramos: circuito superior e inferior. Por el circuito superior se disfrutan las cataratas desde arriba, en cambio por el inferior se desciende hasta el río donde es fácil empaparse con las caídas de agua.

Una de las aventuras más memorables que he tenido hasta ahora, es el paseo en gomón hasta el pie de las cataratas. "La gran aventura" como es conocida la ruta, partió del pequeño muellle hacia el Salto San Martín ( en el vídeo aparezco con gafas). A 50 metros o más del salto nuestra lancha se detuvo para poder tomar la mayor cantidad de fotos porque lo que se venía era adrenalina pura. Se nos había anticipado que guardemos todo en las bolsas de plástico antes de avanzar a los grandes chorros de agua y calarse hasta los huesos!

La leve llovizna se convirtió en baldazos enormes de agua sobre nosotros! Nos empapamos hasta el apellido. Eje mplos de esta experiencia http://www.youtube.com/watch?v=cD6v7trss5Y De todas formas tienes que vivirlo por ti mism@.

No hace falta explicar cómo nos sentimos luego de recibir miles de litros de agua sobre nuestro cuerpo. Continuamos a pie por el sendero del circuito inferior y a los pocos minutos otro salto de agua caía en nuestras cabezas.

Después del merecido almuerzo nos preparábamos para la exhuberante "Garganta del diablo".

La visita a la "Garganta del diablo" no pudo ser mejor porque tuvimos dos de las cosas más importantes del tour: sol y por ende el arco iris. ¡Suerte! 2 días antes de nuestra llegada el lugar era un diluvio.

Boquiabiertos vimos cómo el agua del río Iguazú caía estrepitosamente en forma de cascada al infinito, donde los ojos ya no pueden ver porque el vapor de agua sube a la superficie.



En la pasarela la gente bordeaba el pasamanos para apreciar y encantarse, por unos minutos, con el paisaje cuya belleza mis palabras jamás lograrían describir.

Puedo asegurar que ese día fue uno de los más felices que he tenido en mi vida. "Porque la belleza Fedón, nótalo bien, sólo la belleza es al mismo tiempo divina y perceptible"

Nuevas amistades al atardecer del 20 de octubre 09.

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