Resorts, bachata, merengue y mamajuanas

Arribé a Punta Cana en la noche. Un autobús me recogió en el Aeropuerto Internacional para trasladarme al complejo hotelero de 4 estrellas. Mientras me acomodaba en los asientos, varios brochures con sugerencias de tours llegaron a mis manos: Nadar con delfines, Visita a las islas cercanas, Buceo, Full Day en Santo Domingo, etc. Con la brisa caribeña, estudié las opciones.

Después de casi 20 minutos llegué a la cadena hotelera española RIU, una de las tantas ofertas de alojamiento en Punta Cana, lugar de los resorts más espectaculares del país.

Ya en el lobby del hotel, recibí las llaves para las cajas de seguridad en donde se guarda todo lo imprescindible de un viaje, además, la llave de la habitación, folletos en 6 idiomas de las políticas del resort, etc. A partir de ese momento me convertí en uno de los 5000 huéspedes del lugar.

Tenía 3 días para realizar todo lo que esperaba en República Dominicana, 3 días es muy poco.

Es imposible visitar República Dominicana y no sucumbir a unas breves clases de Bachata. Una parte de los paquetes turísticos consiste en dar entretenimiento permanente a los huéspedes dentro del hotel (aunque yo sabía que no permanecería mucho tiempo allí, tenía que explorar más). Los animadores nos agruparon, de pronto, gente de todas partes del mundo, emulaba la coreografía de los bronceados profesores. En el único lugar que me provocó bailar Bachata ha sido y es, en el Caribe. Kaput.

Algo imperdible también es la Mamajuana, una bebida alcohólica típica de la República Dominicana a la que se le atribuyen poderes afrodisíacos. Tiene como base diversas raíces (palos como se le suele llamar) tales como la canela, maguei, canelilla, timacle, marabeli, guayacán, clavo dulce, anís, pasas, pega palo , etc. Luego se le agrega vino tinto, ron y un poquito de miel. Después de 7 días de espera, se vacía el líquido y se llena nuevamente con su ron favorito! Nada como tomar una Mamajuana al pie de la piscina viendo el mar Caribe, ¡qué más!

Por la noche, las cenas no necesariamente las disfruté en mi hotel, sino que pude reservar en otros restaurants de la cadena hotelera RIU. Después de los lomos, salsas, ensaladas, comida italiana, vinos, etc. Tomé fuerza para lo se venía después.

Más tarde, opté por ir al bar-restaurant al pie de la piscina y allí mismo no parabamos de reír, al parecer, por el efecto de las Mamajuanas. Después de largas conversaciones, llegó el momento del entretenimiento nocturno en la disco del hotel. Como no podía ser de otra manera, el dominicano es muy alegre y buen bailarín de Bachata y Merengue.

Bailar Merengue, tomar una Mamajuana o un ron "Brugal" (sin hielo) y disfrutar de un genuino tabaco "León Jimenez" en República Dominicana, es incomparable.