Los sitios de la memoria
Este escrito con fines académicos, es
un análisis de tres espacios que tienen como eje la memoria colectiva: El Apartheid
Museum en Sudáfrica, el Auschwitz-Birkenau-Memorial
and Museum en Polonia y el 9/11
Memorial and Museum en Estados Unidos. Además, describo un espacio para la memoria colectiva de mi ciudad, Guayaquil - Ecuador.
En
la actualidad, la idea de patrimonio cultural abarca tanto a las edificaciones
como a la memoria de una sociedad.
La preocupación en el presente por darle un significado a lo ocurrido con
generaciones anteriores, puede conducir a una puesta en valor de aquellas
experiencias significativas o de barbarie de las que una población se
enorgullece o recuerda para no repetirlas. “El patrimonio cultural es
importante porque es nuestra memoria como comunidad” (Solanilla, s. f., p. 7). Es
decir, una sociedad que recuerda determinados hechos que han sido relevantes en
su historia y les otorga un significado en la actualidad, puede convertir a
esos pasajes en símbolos y éstos transformarse
en elementos de identificación de esa colectividad.
Cuando una sociedad recuerda aspectos
importantes de su propia historia y “(…) de los aprendizajes, más o menos
conscientes, que ha extraído de ella.” (Solanilla, s. f., p. 7), entendemos que
se trata de la memoria colectiva. En
concordancia con este tipo de memoria, analizaré tres espacios que repasan
pasajes históricos con temáticas raciales, bélicas y terroristas
respectivamente: El Apartheid Museum
en Sudáfrica, el Auschwitz-Birkenau.
Memorial and Museum en Polonia y el 9/11
Memorial and Museum en Estados Unidos.
El Apartheid Museum ubicado
en la ciudad de Johannesburgo, cuenta la historia de Sudáfrica durante el siglo
XX abordando el apartheid, un sistema
de total segregación racial que cubrió a ese país entre 1948 y principios de
los ochenta (Lucas, 2014). El museo promueve el rechazo hacia la
institucionalización y consolidación de la discriminación y el racismo e invita
al público a reconocer sus formas y a impedir que se toleren nuevamente a
través de la exaltación de ciertos principios recogidos en la Carta Magna de
ese país, tales como: la democracia, la igualdad, la reconciliación, la
diversidad, entre otros. Si bien el
museo se construyó ex novo, y no hay
un patrimonio material como tal, se difunde y se pone en valor el patrimonio
inmaterial: la memoria histórica y el reconocimiento de la diversidad cultural.
Después de un pretérito de segregación racial, la figura de Nelson Mandela es
concebida como el líder de la lucha y resistencia contra ese sistema. Por ello,
la arquitectura y museografía ayuda al visitante a sentir empatía con lo vivido
por determinados grupos sociales, la lucha y abolición del apartheid y a la vez invita a la reflexión con una frase colocada
en un enorme muro: “Ser libre no es simplemente desprenderse de las cadenas de
uno, sino vivir de una manera que respete y mejore la libertad de los demás”.
(Mandela, 1999). Dentro de las exhibiciones permanentes hay un mensaje muy potente sobre la labor que desempeñó La Comisión de
la Verdad y la Reconciliación (TRC), una delegación que nació gracias a una
ley en 1995 para investigar la violación de derechos humanos en Sudáfrica para
reparar económicamente a las víctimas e incluso apoyar la amnistía para los que
participaron de estas transgresiones institucionalizadas. De esa forma se
divulga el mensaje de resarcimiento– de cierta forma- por el daño causado e
iniciar así un nuevo capítulo de la historia de ese país sembrando el respeto
por el otro partiendo del propio Estado. El museo abre sus puertas a las
visitas escolares y en sus jardines ha establecido un “lugar de curación” para
la reflexión y apreciación de su paisaje característico.
Por su lado, el Auschwitz-Birkenau. Memorial and
Museum situado en Oświęcim relata el terror y el
genocidio perpetrado por la Alemania nazi en el mismo lugar donde ocurrieron
los hechos. El público puede ingresar al campo de concentración más grande que
sirvió para el exterminio de un gran número de judíos. Sin embargo, lo que
busca es preservar la autenticidad del campamento para no acallar su revelador
mensaje a la humanidad. Los esfuerzos se concentran en preservar el
establecimiento y una gran cantidad de objetos de los encarcelados y de los
autores de los crímenes, tal como en la época del Holocausto, es decir, se
cuida del patrimonio material para difundirlo sin descuidar su simbolismo.
Incluso el museo cuenta con un exclusivo departamento de preservación.
El sitio ofrece visitas guiadas
individuales y para grupos, en especial para estudiantes a partir de los 14
años. Los proyectos educativos apuntan a seminarios de prevención de
genocidios, seminarios para educadores, educación cívica, seminarios sobre el
holocausto bajo la perspectiva europea, etc. De esta forma se apunta a una
cultura de paz. Tal vez este museo tiene el relato más crudo de los tres, pero
indudablemente es necesario su difusión y para ello, cuenta con un tour virtual
en su página web para usuarios de todo el mundo.
[Foto 1]. 9/11
Memorial and Museum. Autoría propia. (2015).
En el caso del 9/11 Memorial and Museum, se busca dar testimonio principalmente
de los ataques del 11 de septiembre de 2001 ocurridos en las torres
gemelas del World Trade Center de
Nueva York. El sitio expone la historia del antes, durante y después de la
ofensiva del 11 de septiembre a través de exposiciones permanentes y temporales
que usan una narrativa interactiva. En la museografía se observa artefactos,
imágenes, grabaciones de audio y video incluso archivos. En exteriores, lo más
impactante son las dos grandes piscinas (similares a unas cascadas) construidas
en los mismos espacios donde alguna vez se levantaron las torres gemelas. Los
nombres de las personas fallecidas están grabados en paneles ubicados en esos
espejos de agua. El mensaje de este
complejo trata de ser esperanzador, conmemorando a las víctimas pero también promoviendo la capacidad de resiliencia
de los sobrevivientes.
En cada museo se revive la memoria
porque a través de ésta, la ciudadanía se enfrenta a temas tan sensibles como
el racismo, la discriminación, la tortura, el exterminio, o el terrorismo con
un propósito: que la sociedad reconozca las lecciones aprendidas. Cada sitio
procura el conocimiento del pasado, transferir mensajes de paz, tolerancia,
autenticidad, resiliencia, esperanza. Considero que en los tres casos, los
acaecimientos son de dominio público por lo tanto lo que cada museo custodia se
convierte en un patrimonio cultural común y es parte neurálgica de su historia.
En los tres espacios existen programas educativos para profesores y para las nuevas
generaciones. Las visitas están dirigidas a determinadas edades por las
delicadas fibras que toca. (A partir de los 6, 10 o 14 años). Únicamente el 9/11 Memorial and Museum posee
financiamiento permanente para un programa educativo gratuito del período
escolar 2018-2019 debido al apoyo de una fundación. El factor común de los tres
museos es la posibilidad de recibir donaciones y para esto invitan al público a
apoyar su gestión a través de programas de fidelización de audiencias (amigos
del museo), membresías, entre otras estrategias.
Considero que la propuesta del Apartheid Museum se vincula a la
cimentación de las bases para una democracia que garantice la igualdad y los
derechos de sus ciudadanos para que nunca más se repita la segregación racial.
Por el lado del Auschwitz-Birkenau.
Memorial and Museum y su programa educativo, hay una perspectiva más amplia
de los hechos a nivel europeo, mientras el 9/11
Memorial and Museum apela a la resiliencia y capacidad de recuperación
económica después de un atentado terrorista, como denominan al ataque del 11 de
septiembre.
El análisis de estos espacios para la
memoria nos dirigen a la reflexión, como Hernández (2011) afirma: “No se puede
entender la historia sin considerar los conflictos en sus diversas escalas, y
cualquier aproximación científica al pasado exige considerar la guerra, forma
suprema de conflicto, como realidad condicionadora de los humanos que, desde
tiempo remotos, han utilizado prácticas violentas para garantizar su seguridad
o conseguir determinados objetivos” (p.78).
En el caso de mi país, Ecuador y particularmente en mi ciudad natal Guayaquil, existe un espacio simbólico para honrar la memoria de
trabajadores que fueron desaparecidos por la fuerza pública al exigir una
reducción de la jornada laboral a ocho horas y estabilidad laboral hace casi
100 años. El río Guayas es el área escogida para recordar, cada 15 de
noviembre, a las víctimas de esta opresión mediante la colocación de ofrendas
florales en cruces flotantes. Parte de aquel suceso se describe en la novela
“Las cruces sobre el agua” del escritor guayaquileño Joaquín Gallegos Lara,
coexistiendo con pocos testimonios de la memoria histórica. De esta manera ciertos grupos sociales
continúan rindiendo homenaje a quienes protestaron por sus derechos y por esta
causa fueron liquidados y lanzados al río Guayas.Lo característico de esta homenaje anual es la organización de representantes de la clase trabajadora, federaciones de estudiantes, museos y archivos de titularidad pública y la ciudadanía en general que se agrupa al pie del río para solidarizarse con los abatidos y sus descendientes, además de exaltar la obra de Gallegos Lara con tertulias, conversatorios, publicaciones que tratan de involucrar a a las nuevas generaciones.
23 de noviembre de 2018.
Bibliografía y
referencias
Auschwitz-Birkenau.
Memorial and Museum. (2018).
Recuperado de http://auschwitz.org
Hernández, F. (2011). “Conflictos contemporáneos,
estrategias de musealización crítica”. En: Museo y Territorio, núm. 4, pp.
79-86. Andalucía: MUPAM, Junta de Andalucía. ISSN 1888-4393
Solanilla, L. (s. f.). Los espacios de la memoria. Barcelona, España: Universitat Oberta
de Catalunya.
9/11 Memorial and Museum. (2018). Recuperado de https://www.911memorial.org
(15 de noviembre de 2018). 15 de noviembre de 1922, la protesta que terminó en dolor. Recuperado de http://www.eltelegrafo.com.ec
(15 de noviembre de 2018). 15 de noviembre de 1922, la protesta que terminó en dolor. Recuperado de http://www.eltelegrafo.com.ec
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