Políticas culturales nacionales


                       Figura 1. Exposición de arte en galería de titularidad pública. Guayaquil, Ecuador. Autoría propia. (2019).


(Escrito en diciembre 2018). Si tenemos en cuenta que todos tenemos el legítimo derecho a la vida cultural en un estado moderno y que las políticas culturales guardan relación con “el respeto a los derechos de la ciudadanía” (Martinell, s.f., p. 7) nos enmarcamos en un modelo democrático.

La nueva era de las políticas culturales de los poderes públicos representa el abandono de un pasado de guerra para una recuperación social, económica y cultural profunda.  Eso se traduce en tolerancia, convivencia, solidaridad, es decir en una cultura de paz. El establecimiento de políticas culturales significa también abrirse a un multilateralismo saludable supranacional sin olvidar la tradición de cada país. La marginación de alguna característica propia de un territorio o de algún grupo representa una omisión grave, pues el objetivo fundamental de las políticas culturales es que la de la mayor parte de la población participe de la vida cultural. En definitiva, las políticas culturales atraviesan un tejido social y son efectivas en la medida que su aplicación refleje las demandas de cada grupo, red, asociación, o elemento involucrado en el sector cultural.

La cultura entendida como una acción está en un constante devenir, por tanto, el estado, los agentes culturales del sector privado y la sociedad civil están llamados a mejorar la transversalidad de las políticas culturales. En Ecuador, la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo dentro de su Plan Nacional, cuya duración es 4 años, podría añadir la transversalidad en la gestión de las políticas culturales como una nueva propuesta. Actualmente hay grandes objetivos hasta el 2021 que vinculan – por ejemplo- los derechos culturales con la educación lo cual es muy necesario (Plan Nacional de Desarrollo, 2017, p. 63) pero le agregaría que se establezcan sinergias con otras políticas de otros sectores. Esto sería una propuesta innovadora porque por primera vez se incluiría una dinámica integradora y facilitadora de un sector al que el estado le dedica menos del 1% del gasto público (0.26% al 2015). Se empezaría por las prioridades del sector cultural teniendo los nuevos escenarios y “los cambios y tendencias que se puedan dar” en éstos. (Martinell, s. f., p. 25).  Además, hay que recordar que las políticas culturales se enmarcan en una visión democrática y son parte del derecho internacional.

Concuerdo con la idea de garantizar el derecho a la participación en la vida cultural y que el Estado administre y distribuya los recursos públicos para ello, sin embargo una relación endogámica entre el Estado y un Ministerio de Cultura marcaría un estancamiento ante las nuevas demandas que puedan ir surgiendo en el sector cultural contemporáneo. Sería muy cuestionable que esa estrecha relación sea un aparataje para actos proselitistas o un comodín político o algo que no se aleja mucho de la cotidianidad como colocar en puestos clave a las personas con perfiles alejados de lo cultural. Sin embargo, ante estas realidades y el desencanto por lo público por parte de la sociedad civil, las políticas culturales deben alinearse con otras dinámicas como por ejemplo un maridaje entre tecnología y tradiciones, pero principalmente con las necesidades de los creadores/artistas, consumidores/ prosumidores culturales.

En mi país, uno de los avances más significativos fue incluir la interculturalidad en los derechos culturales (2008).  Desde entonces, los indígenas y afrodescendientes, grupos históricamente marginados, se insertaron en el proyecto para la cohesión nacional. Sin embargo, aún se requiere que los agentes culturales tengan mayor representatividad frente al Estado y por supuesto una profesionalización progresiva.

Las políticas culturales creadas en 2011, responden a la Constitución ecuatoriana 2008 y “se enmarcan dentro de una visión alternativa del desarrollo definidas como el Sumak Kawsay o Buen Vivir, para la construcción de un Estado plurinacional e intercultural, donde el ser humano es sujeto de derechos con relaciones equitativas entre el mercado y la sociedad.” (Abad, 2013, p.64). Desde entonces, el Ministerio de Cultura (creado en 2007), ha seguido cuatro ejes programáticos de las políticas públicas culturales: Descolonización, Derechos Culturales, Emprendimientos Culturales y la Nueva Identidad Ecuatoriana Contemporánea, es decir, este planteamiento trajo una conversión pues antes del 2008 el escenario era diferente. El gobierno de ese entonces se inclinó más por una visión de mercado y “la acción estatal en campos como el patrimonio cultural, los servicios culturales, el fomento y la promoción culturales así como en las industrias culturales reflejan el ningún reconocimiento real de la interculturalidad por parte del Estado”. (Puente, 2003). En mi opinión, el cambio constitucional con el nuevo modelo de desarrollo fue positivo porque sirvió de base para la creación de nuevas políticas culturales, sin embargo, ha sido necesario socializarlas y validarlas con más participación que la del ministerio tal como indica el documento de políticas culturales de Ecuador (p.6). 

La validación de las políticas culturales no se ha dado o ha sido poco frecuente debido – en gran medida- a rivalidades políticas. Por ejemplo, en la ciudad de Guayaquil, el municipio no se ha caracterizado por propiciar encuentros entre agentes culturales y sociedad civil en relación a las políticas culturales nacionales, tampoco ha considerado ser parte de la “Agenda 21 de la Cultura” o estar más en contacto con experiencias de otras ciudades de la región latinoamericana. Generalmente las decisiones del gobierno local han respondido a una política alejada del buen uso del espacio público. La tendencia actual es la dispersión, la falta de cohesión social.



Bibliografía y webgrafía

Abad, A. (2013). Las políticas públicas culturales del Ecuador en la época del “Sumak Kawsay”. Scielo, 18 (26), 57-64. Recuperado de http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1815-2762013000100007

Martinell, A. (s. f.). La cultura en el ámbito de las políticas culturales nacionales. Barcelona, España: Universitat Oberta de Catalunya.



Puente, L. (2003). Políticas culturales e interculturalidad: la visión desde el Estado Ecuatoriano. Tesis (Maestría en Estudios Latinoamericanos. Mención en Políticas Culturales). Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. Área de Estudios Sociales y Globales. Recuperado de http://repositorio.uasb.edu.ec/handle/10644/2522

Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo de Ecuador. (2017). Plan Nacional de Desarrollo 2017 – 2021 Toda una Vida. Recuperado de http://www.planificacion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2017/10/PNBV-26-OCT-FINAL_0K.compressed1.pdf

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